La Conferencia sobre el Futuro de Europa debe aprender del COVID-19

9 April 2020
La Conferencia sobre el Futuro de Europa debe aprender del COVID-19

A principios de febrero la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, anunció una conferencia sobre el futuro de la Unión Europea. El objetivo era que este 9 de mayo, día de Europa, diese comienzo una gran consulta ciudadana para proponer mejoras sobre el funcionamiento de la Unión y aportar nuevas prioridades.

Algunas semanas y una pandemia más tarde, este proyecto de renovación del marco institucional y operacional europeo se ha convertido en historia.

No obstante, sigue siendo esencial que haya una discusión sobre el futuro de Europa. La gestión inicial de la crisis de la COVID-19 a nivel europeo ha sido lamentable, no tanto por las instituciones de la UE como por los “reflejos” nacionales y nacionalistas.

Los Estados miembros han actuado sin coordinación, sin consideración por el riesgo sistémico que afectaba a toda Europa y se han apresurado en tomar decisiones para “sus” ciudadanos. En un abrir y cerrar de ojos se han olvidado de la noción de ciudadanía europea. Una ciudadanía basada en un espacio sin fronteras, un espacio de libertad, de seguridad y justicia, y de un conjunto de derechos comunes.

La falta de coordinación entre Estados ha sido contraproducente. Frente a ello hemos visto iniciativas interregionales como la acogida de pacientes pertenecientes a las regiones del Gran Este y de Lombardía en hospitales de seis Estados federales alemanes. Estas iniciativas han demostrado de que la solidaridad europea es más patente entre regiones que entre naciones.

Cabe mencionar que la UE no puede actuar si no se lo permiten los Estados miembros y que en el “catálogo” actual de competencias de la UE, son los Estados los que están a cargo de las competencias de sanidad. Por ello, la acción de las instituciones europeas no ha podido ser inmediata en las cuestiones de sanidad. Dicho esto, desde un primer momento la Comisión suspendió el Pacto de Estabilidad y las normas de competencia, y reorientó 37.000 millones de euros de los fondos estructurales. A su vez, el Banco Central Europeo lanzó un nuevo plan de compra de activos por valor de 750.000 millones de euros.

En todas las crisis anteriores, la UE y sus Estados miembros han avanzado hacia una integración más profunda. La crisis del Coronavirus no debería ser la excepción.

Se necesita un debate abierto para evitar la falta de solidaridad entre los Estados miembros en situaciones similares.

Hay que hablar sobre cómo reforzar la toma de decisiones democráticas a nivel europeo en casos de urgencia. Esto implica hablar de posibles reformas de los tratados de la UE.

También debemos pensar en todos los niveles de gobernanza que hay en la UE. Toda renacionalización de las acciones europeas es una recentralización que priva a las autoridades locales y regionales de mecanismos de acción a nivel europeo. Tal revisión de los tratados de la UE debe reforzar el papel de las entidades territoriales y dar un papel decisorio al Comité Europeo de las Regiones en cuestiones de política regional, de política de solidaridad, sanitaria y del Pacto Verde Europeo.

En un momento en el que la UE sufre no solo un “test de resistencia”, sino un “test de choque” en el que su existencia está en juego, necesitamos una Conferencia sobre el Futuro de Europa que sea transparente y participativa. Inaugurarla el 9 de mayo de 2020, setenta años después de la Declaración de Robert Schuman, sería el mejor homenaje a esa llamada histórica a los esfuerzos “que creen en primer lugar una solidaridad de hecho”.

Christophe Rouillon, alcalde de Coulaines (Sarthe), presidente del grupo socialista del Comité Europeo de las Regiones, vicepresidente de la Asociación de alcaldes de Francia por Europa

 

Este artículo lo publicó el periódico francés Ouest-France. Haga clic en el enlace para leer la versión original.

 

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